Cuando Edward Bach crea el sistema floral, comienza a vincular los síntomas de sus pacientes con la gran carga emocional que suscitaba el contexto cultural y social del momento.
Consideremos que la creación del sistema floral de Bach se da entre fines del 1800 e inicios del 1900, en un país como Gran Bretaña, en plena Primera Guerra Mundial, por lo que la atmósfera del momento activaba grandes angustias y preocupaciones que generaban importantes síntomas en las personas, dando pie a diversas enfermedades crónicas. De igual forma, se presentaban continuamente síntomas asociados a lo emocional, cuando lo corporal ya se curaba.
Esto llevó a que el Dr. Bach comprendiera que los síntomas eran parte de un todo, donde había una causalidad determinada, y pudo reflexionar, que la enfermedad era consecuencia de factores personales, pero también, de agentes que trascendían a la persona.
De esta manera, genera un postulado del concepto de enfermedad no sólo nuevo y desafiante para la época, sino que además, definió la enfermedad con elementos que eran inclusivos e integrados, para vislumbrar por qué una persona enfermaba, naciendo la idea que la enfermedad no se debe combatir, mas, se debe comprender dentro de un todo; algo que luego postularía en sus cinco grande verdades, o también llamados, los cinco Principios Fundamentales.
Desde aquí, y aplicando una mirada contemporánea, nos podemos explicar el porqué de las enfermedades que hoy en día están presente en nuestra sociedad; en Chile se viven constantes afecciones relacionadas al sistema serotoninérgico, es decir, afecciones en el “cableado interno” de una persona que es comandado por el neurotransmisor llamado Serotonina, el encargado de inhibir emociones tales como la rabia, pero también, el orquestador del apetito, humor, sueño, entre otros.
Es así, como las principales enfermedades de la época actual tiene que ver con Trastornos de Ansiedad, Depresiones, Trastornos Obsesivos, Trastornos del Sueño, etc., lo que nos dice que nuestra cultura actual genera dificultades en la regulación emocional, alterando el equilibrio entre este neurotransmisor (y otros más) y la capacidad de lidiar con las demandas del mundo actual.
Esto incide en lo que el mundo de la Terapia Floral se ve, pues hoy en día, los principales motivos de consulta están relacionados con problemas para consolidar el sueño, adultos y niños con pobres manejos de su ansiedad, depresiones alojadas durante mucho tiempo, y así, vamos observando las implicancias de una cotidianeidad con tantos síntomas emocionales, como físicos.
Lo anterior nos enseña que en la enfermedad no hay nada que sea casual, por lo que se debe considerar el contexto de una persona, sus circunstancias pasadas, presentes y futuras, incluso su estad de ánimo frente a la propia enfermedad, para entenderla y saber sanarla.
Ps. Stefania Pietrantoni Ciuffardi